lunes, 27 de julio de 2015

SAMANTA SCHWEBLIN: «La literatura tiene que cuidar mucho al lector, tiene que acompañarle, no puede costar leer».



Última entrevista de julio a la espera de nuevos entrevistados en septiembre. Esta semana os presento la entrevista que me concedió Samanta Schweblin. Aunque actualmente reside en Berlín, donde escribe y dicta talleres literarios en español, estuvo en Valencia promocionando su libro de relatos ‘Siete casas vacías’ (Páginas de Espuma, 2015).
Samanta Schweblin nació en Buenos Aires y ya con su primer libro, ‘El núcleo del disturbio’ (2002), obtuvo los premios del Fondo Nacional de las Artes y el Concurso Nacional Haroldo Conti. En 2008 le otorgan el premio Casa de las Américas por su libro de cuentos ‘Pájaros en la boca’ (2009), traducido a trece lenguas y publicado en más de veinte países. En 2012 obtuvo el premio francés Juan Rulfo de cuento, y en 2014 publicó su primera novela, ‘Distancia de rescate’. 

¿Qué supone haber ganado el premio de Narrativa Breve Ribera del Duero? No me diga que no le gusta el vino.

Me encanta. 

Entonces ha sido un premio muy bien maridado.

Sí, muy bien maridado… Primero fue algo, empezó siendo algo practico, en el sentido de que me cuesta mucho cerrar los libros, me cuesta mucho soltarlos; entonces, una fecha como es la fecha final de presentación de los manuscritos fue de gran ayuda para cerrar el libro.

Luego pertenecer a la lista de finalistas, los había leído, finalistas muchos a los que había leído, hasta una amiga mía, pertenecer a esta liga ya era un premio. Luego vino el premio, que fue una muy grata sorpresa. Cuando uno se presenta a un premio, en algún punto, siempre sueña  que se lo puedan dar, pero de ahí a que le den el premio es una distancia enorme. Y después, bueno, muchas cosas. 

Primero que es un premio, el más importante que hay hoy, el más prestigioso y de más visibilidad de cuentos escritos en español, eso hace que el libro llegue a muchísimos más lectores lo cual es muy buen a noticia; es un premio que tiene una dotación económica, también es muy importante porque escribir lleva mucho tiempo y ese tiempo hay que comprarlo con dinero de otros trabajos y el tiempo es una de las cosas más caras de esta sociedad, así que se agradece muchísimo. También es un mimo, ¿no?, una cosa así como unas de palmaditas en la espalda, como: ¡vamos, vamos, vamos bien!

Tengo entendido que el relato ‘Un hombre sin suerte’ no estaba incluido en el manuscrito, fue premiado independientemente con Juan Rulfo en 2012, aunque veo que sí aparece finalmente en esta antología premiada ‘Siete casas vacías’.

En realidad siempre estuvo incluido en el manuscrito, era parte orgánica del libro, fue pensado y nació en medio de toda la gestación de estos cuentos, para mí es un cuento esencial en la estructura del libro. El cuento ya había ganado otro premio y las bases del concurso no permitían presentarlo, con lo cual me presenté con un libro que yo sentía que me presentaba con un libro un poco cojo. Yo decía: va a tener que defenderse así… Y se defendió, y una vez terminadas las instancias del premio empieza la instancia de la edición, que es independiente del premio. Hablé con Casamayor, le explique la situación y estuvo de acuerdo en incluirlo. Pero formaba parte del libro, más allá de las bases del premio.

O sea, que el cuento estaba antes, se ‘quedó en casa’ durante el premio, y luego volvió al libro.

Exacto.

Mientras friega los cacharros, la protagonista del relato ‘Pasa siempre en esta casa’ reflexiona, las ideas inconexas se le ordenan. ¿También le pasa a usted, en su casa? ¿Está basado en la realidad?

Sí, la verdad que sí. Porque hay un gran problema que supongo que tendrán todos los escritores o no, quizá soy yo la que siempre tengo la sensación de que está la idea original –que es la que uno quiere contar– y luego está lo que uno logra hacer en el papel. Hay muchos escritores que hablan sobre esto, que todas las novelas en realidad son el fracaso de la novela que quiso escribir. 

Suena a frase de Charles Bukowki.

En realidad se les podría asignar a todos los escritores, esta fatalidad. Ahí hay un juego interesante. Por una parte confió en este criterio chino, dicen que los chinos pintan con la tinta china, dicen que el problema no es pintar, lo es difícil no es pintar, lo difícil es antes de pintar. Lo difícil es poder ver todo lo que uno quiere pintar antes de poner el pincel sobre el papel porque una vez está sobre el papel hay que hacerlo todo de un trazo. A mí me gusta esta idea, pienso mucho mis ideas antes de sentarme a escribir, pero también creo que hay que soltarse a veces, que la idea original que uno quería contar no termine comiéndose a la idea que estas contando en ese mismísimo momento, que también tiene una inmediatez y una espontaneidad. Cuando no está el lenguaje de por medio, cuando uno está solo fregando los platos o dándose una ducha, las ideas son las que son y como no hay que contárselas a nadie las ideas son magníficas. El problema siempre está en el ruido que hay entre lo que uno quiere decir y lo que realmente dijo, lo que se malentendió…

¿Cuál es la intención de estos siete relatos en su conjunto, hacia dónde miran?

Lo contesto a modo general que por ahí me es más fácil, cuando yo escribo lo que busco es como probarme o investigar ciertas situaciones, ¿no? Sacar información de ese juego de ser otro o de verse involucrado en otra situación. Creo que la literatura suele preguntar las cosas que más nos asustan o más nos interesan, pero sobre todo esas cosas que no hacemos porque sentimos que nos podrían lastimar o podrían marcarnos en algún punto; el miedo en la vida real puede ser peligroso, pero en la literatura se puede probar todo y se puede volver a la vida real no sé si ileso pero sí con menos heridas que si hubiera salido en la vida real, y con mucha información riquísima para la vida real. 

Mucho de esto lo busco yo cuando leo, cuando escribo estas cosas se ven, pero claro, se ven en los terrenos que a mí más me interesan, son mi mundo, y bueno, son los terrenos de la incomunicación, de la soledad, del sentirse perdido, del no saber cómo solucionar ciertas situaciones, pero también espero que esto que parece tan oscuro y dramático, el libro, pueda entregarlo un poco más fresco. La literatura tiene que entregar algo vital a cambio, pero también tiene que cuidar mucho al lector, tiene que acompañarle, no puede costar leer, tiene que ser lo contrario, un truco de magia en el que no te diste cuenta y atravesaste eso de un tirón.

Muchas gracias y mucha suerte, Samanta.

Por Ginés J. Vera.

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Feliz verano a todos los lectores y seguidores de Maleta de libros

lunes, 20 de julio de 2015

Fortaleza emocional. Entrevista a Tomás Navarro.



En Maleta de libros, en esta ocasión entrevistamos a un psicólogo que se define a sí mismo como "un enamorado de las personas, de lo que sienten, lo que piensan y lo que hacen". 

  Tomás Navarro reparte su tiempo entre la escritura técnica y de novela, la formación, la consultoría, las conferencias y los procesos de asesoramiento y coaching personal y profesional. Empezó trabajando con niños en un hospital, desde una perspectiva clínica y educativa. Más tarde decidió dar un giro a su carrera profesional y se dedicó a ayudar a las personas a trabajar y vivir más felices. Fundó así una consultoría especializada y años más tarde un centro de bienestar emocional con el mismo objetivo. Le entrevisto por el libro ‘Fortaleza emocional’ que ha publicado recientemente en Zenith.


¿Nos da una definición de del concepto de fortaleza emocional para ir entrando en materia?

  La fortaleza emocional es la suma de las diferentes fortalezas, habilidades, conocimientos, técnicas y estrategias que nos ayudan a hacer frente al día a día. Cuantas más fortalezas y mejor nivel de desempeño tengamos, de más recursos dispondremos y más seguros nos sentiremos. Por ejemplo, si tomamos buenas decisiones seremos más felices. Si sabemos analizar a las personas que nos rodean nos podremos relacionar mejor y así con cada una de nuestras fortalezas... Por lo que la fortaleza emocional es un facilitador y un protector de la felicidad.

Aconseja leer este libro con una libreta a mano para ir anotando reflexiones y aprendizajes, no es solo leer pasivamente es tomar la iniciativa, ser proactivo.

  ¡La acción es básica! Los lectores habituales de psicología y autoayuda están suficientemente ilustrados en la mayoría de los casos. Pero el problema es que no saben o no pueden dar ese primer paso. En el libro doy las claves para poder transformar el deseo en una realidad. La clave está en la definición de objetivos, en el diseño de un plan de trabajo y en reunir el valor suficiente como para pasar a la acción. Consciente de lo difícil que resulta he destinado diferentes espacios a lo largo del libro, así como una parte en su totalidad para ayudarte a dar ese primer paso que te va a permitir vivir la vida que deseas.

Veo que es clave, precisamente para saber tomar las decisiones adecuadas, la forma en la que interpretamos lo que nos ocurre, el filtrado de la realidad por los sentidos.

  Los sentidos son los puertos de conexión con la realidad, pero lo importante no es la realidad, sino cómo vemos esa realidad. Nada más percibir algo, aplicamos un filtro y le damos sentido, por lo que debemos prestar especial atención a este proceso cognitivo. Una botella de agua no tiene el mismo significado para una persona perdida en el desierto, un directivo de una planta embotelladora de agua, un deportista o la madre de un bebé. De la misma manera si no hemos gestionado bien una decepción amorosa, aplicaremos un filtro con cada una de las personas con las que intentemos mantener una relación. Nuestro aprendizaje preprograma nuestros sentidos para dar un significado determinado a lo que perciben. La buena noticia es que esta programación es flexible y permeable, por lo que en cualquier momento podemos actualizar el ‘software’ y ajustarlo a la realidad.

Para ganar en fortaleza emocional una de las herramientas a nuestro alcance que nos proporciona este libro es una metodología de análisis para discernir la decisión más conveniente en cada momento.

  Tomamos miles de decisiones al día, pero pocas personas saben hacerlo bien. En realidad no es tan complejo ya que es una sencilla técnica que se puede aprender. Las buenas decisiones parten de un buen análisis del contexto, de una exhaustiva valoración de las alternativas posibles, de una adecuada valoración de la evolución de cada alternativa a corto, medio y largo plazo y de una priorización de las diferentes alternativas u opciones.

  El problema con las decisiones es que solemos mezclar el deseo, el miedo y la comodidad en nuestro análisis, por lo que acabamos decidiéndonos por alguna opción cortoplacista, mal analizada o descontextualizada.

  Para poder conservar la perspectiva basta con aplicar el método que describo con detalle en ‘Fortaleza emocional’ y prestar atención a la posible distorsión del proceso por el miedo, el deseo o la comodidad.

Para lograr el cambio imagino que al principio debe ser difícil, habrá que invertir mucha energía y tal vez mucho tiempo para revertir tanto pensamiento negativo, tanta toxicidad si pensamos, actuamos y sentimos según esas creencias que hemos ido consolidando y robusteciendo a lo largo de muchos años.

  Bueno, mis clientes se suelen sorprender de la rapidez de este proceso. De la misma manera he recibido correos de lectores gratamente sorprendidos por lo rápido que han hecho el cambio. La clave está en la comprensión. Cuando comprendemos, asimilamos e integramos que hay otra manera de pensar, de decidir, de actuar o de vivir, es como si hubiéramos activado un resorte. De la misma manera que ocurre en la película The Matrix, cuando tomamos la pastilla roja, aprendemos una nueva forma de ver la vida que se consolida automáticamente ya que continuamente disfrutamos de las ventajas de lo que hemos aprendido.

Hay una gran diferencia entre razón y emoción, la fortaleza emocional ¿trata de compensar ambas o de hacer valer la segunda sobre la primera para apreciar la felicidad plena?

  La cognición es el mayor de los logros evolutivos y lo que nos diferencia del resto de las especies, pero sería un error creer que la cognición todo lo puede. Ahora bien, lo que ocurre es que la mayor parte de las personas están utilizando muy poco este gran recurso, a pesar de que, por lo que he podido comprobar a lo largo de mi experiencia profesional, encontraremos la felicidad cuando razón y emoción vayan de la mano en equilibrio.

  El papel de la cognición es tan importante que incluso es capaz de crear emociones críticas para ser felices como por ejemplo el impulso o la ilusión.

Una de las fortalezas emocionales más importantes es saber modelar y compensar las emociones negativas asociadas precisamente a la adversidad.

  En función del significado que otorguemos a la adversidad y la percepción que tengamos de nuestros recursos, afrontaremos con más o menos garantías los problemas o retos. He trabajado con muchas personas extraordinarias que no creían que lo fueran y como tal, no desplegaban todos los recursos de los que disponían ante la adversidad. No se trata de sobrevalorar nuestras capacidades, pero todavía menos de menospreciarlas. 

  Por otro lado, es posible que estemos pasando por un mal momento, como por ejemplo una enfermedad, un despido o una espera ante los resultados de una oposición. A pesar de estar pasándolo mal por una quimioterapia, por ejemplo, podemos y debemos crear oportunidades para disfrutar de emociones positivas ya que tendrán un gran efecto positivo en nuestro organismo que a su vez redundará en positivo en el proceso y en el afrontamiento de la adversidad. En cualquier caso, seamos víctimas de una adversidad o no, debemos buscar activamente ocasiones para disfrutar, sonreír y pasarlo bien. 

"La ignorancia es la mejor opción para imprimir un giro en una relación con una persona tóxica’" es una frases sobre la ignorancia que me ha resultado curiosa, ¿nos la comenta?

  ¡Cómo no! El principal error que comete una persona no tóxica es el de proyectar pensamiento en una persona tóxica. Una persona tóxica se va a dormir cada día tranquilo a pesar de las fechorías, manipulaciones o perversiones que haya cometido, ya que según su punto de vista no está haciendo nada malo.

  Si analizamos con más detalle el modo en el que piensa una persona tóxica veremos que en realidad necesita de sus  víctimas. Cuando le estamos pidiendo a una persona tóxica que reconsidere su comportamiento, lo que en realidad está entendiendo es que tiene que aflojar un poco o emplear estrategias más sofisticadas si no quiere perder su sparring.

  Pero si esta persona tóxica ve que no tiene capacidad de influencia sobre su víctima y que haga lo que haga no consigue ninguna reacción ni ningún feedback, es más probable que decida buscarse a otra víctima... Pero cuidado, hablamos de probabilidad, no de certezas. Mi mejor consejo, siempre, es que salgamos del círculo de influencia de una persona tóxica.

Otra que me gustaría que nos comentara es: "la adversidad despierta talentos que permanecen durmiendo en la prosperidad"; casi es un canto en favor de las crisis y las adversidades.

  Creo que no debemos buscar las crisis activamente, pero lo que si que es cierto es que en situaciones de bonanza no solemos desplegar todos nuestros recursos. En cambio, cuando estamos en una situación compleja, ante un reto o ante un problema, muchas personas entran en un modo de alerta especial que les permite pensar y actuar de una manera distinta y mejor. No obstante no se puede aplicar esta afirmación a todo el mundo ya que si el nivel de ansiedad es muy elevado, ocurrirá precisamente todo lo contrario colapsándose las virtudes y recursos de la persona.

Háblenos brevemente de un par de conceptos que me han parecido muy interesantes en su libro, el del estilo de vida autotélico y el de fluir o ‘flow’.

  Empecemos por el estilo de vida autotelico. En realidad lo que busca este estilo de vida, es que tu vida tenga sentido por sí misma. En muchas ocasiones nos vemos postergando momentos de placer y recompensas y justificando sacrificios prolongados, sin sentido o desproporcionados. Y no en pocas ocasiones, cuando llega el momento de disfrutar de la recompensa que te ha justificado tanto sacrificio, ha pasado alguna adversidad, accidente, calamidad o incluso la muerte que no te ha permitido disfrutarlo.

  De nuevo en el equilibrio está la clave. Busca, cada día, actividades, trabajos, personas que te permitan disfrutar que tengan sentido en sí mismas. Por ejemplo si sales a correr, sal por un lugar bonito, a tu ritmo y disfrutando de la experiencia. Si vas a tomar una ducha, aunque solo tengas cinco minutos, concéntrate en disfrutar de la ducha con los cinco sentidos. Te propongo un ejercicio si  quieres dar el primer paso para vivir una vida autotélica... Pregúntate durante una semana por el sentido que tiene lo que estás haciendo, sea lo que sea...

  El segundo de los conceptos es el de flow. El flow es un estado de concentración máximo que te permite dar lo mejor de ti a la vez que te aísla de elementos que están perjudicando tu rendimiento como el hambre, la fatiga o el dolor. Cuando fluimos nuestro cuerpo se regenera, liberamos endorfinas, se activa el proceso de neurogénesis y mil efectos beneficiosos más.

  La buena noticia es que podemos fluir tanto como queramos, la mala noticia es que solo fluimos cuando estamos haciendo algo que nos gusta, estimula o motiva. Es por este motivo que resulta tan importante que lo que hagas tenga sentido.

Muchas gracias y mucha suerte, Tomás.

lunes, 13 de julio de 2015

XABIER GUTIERREZ: «He intentado en toda la novela tratar la muerte con el máximo respeto».



Hace poco entrevisté a XaBier Gutiérrez, pero no por temas de cocina, sino literarios pues según confiesa cuando hace mal tiempo también le gusta cocinar novelas del género negro. Para servir el entrante a esta entrevista me permito ir a la alacena de su web donde escojo estos ingredientes: De profesión es Escritor-psicologo-cocinero-pensador. Vive y sobre todo se divierte en Donostia-San Sebastián, donde trabaja, en el Restaurante Arzak, y en algún sitio más. Sus películas favoritas son ‘La plaza de la musica’, ‘La naranja mecánica’, ‘El día de la bestia’, ‘Birdman’, ‘Batman’, y ‘Vértigo’. Tiene diecisiete libros publicados con anterioridad. El caso es que en febrero publicó la primera novela negra del serial de cuatro, titulada ‘El aromas del crimen’, por la que le entrevisto. 

Que la novela esté ambientada en San Sebastián, ¿es un homenaje en cierto modo a su ciudad natal, un guiño a los paisajes y gentes de Donosti? ‘En esta tierra siempre está presente la cocina’, reflexiona el protagonista, Vicente Parra.

Si, me apetecía que en un marco tan incomparable como el de San Sebastián, que hay veces que pueda pecar de excesivamente, como si estuviera anclado en Suiza, donde todo parece perfecto, hay una historia humana, de sentimientos, donde hay violencia y donde hay mucha ambición por conseguir muchas de las cosas que cuento en la trama, eso era una cosa que estaba cantada y ¿dónde?, pues en la meca de la gastronomía, en San Sebastián. La cultura gastronómica la tenemos tan arraigada, en toda España, pero allí aún más; en ningún momento dudé de ella, es decir, enclavarla en San Sebastián cono eje principal de toda la historia y de todos los personajes.
Yo me encuentro muy cómodo en San Sebastián, vivo allí desde hace mucho tiempo, toda mi vida la he pasado allí y me apetecía mucho que la historia pasase en mi ciudad. Era, digamos, como una sensación de hablar con conocimiento de causa de que es lo que pasa en la ciudad aunque la trama de que sucediese en San Sebastián es un poco anecdótica, el hilazón de la historia es la gastronomía: los cocineros, los camareros, los proveedores… todas la gente que interviene, pues al fin y al cabo, todos estamos relacionados con la cocina.

Claro, porque se podía haber ubicado en Nueva York, por ejemplo, pero no sería lo mismo.

Pero necesitaba un sitio con cultura gastronómica, de hecho, el oficial instructor al principio de la novela es una persona que vive por sobrevivir, vive por supervivencia y nada más; solo que tiene una mujer que es francesa, que es un guiño a la cocina francesa, que le está haciendo recapacitar sobre todo eso; tiene un hijo, muy joven, que está estudiando cocina y que entre los dos le van a volver loco, además de toda la trama que hay allí de la novela, pero en lo más profundo de él; pero no en lo de adivinar quién es o no el asesino, sino en lo de reflexionar qué es la gastronomía, lo que significa la gastronomía para los humanos y el interiorizar la actividad de la cocina en el ser humano.

 "La muerte tiene las maneras de esos malos invitados que aparecen de improviso." Es una frase de Carmen a Racos Mendizabal que me sirve para preguntarle ¿cómo hay que tratar un tema tan serio como un asesinato y sus víctimas en una novela para no caer en tópicos o frivolizarlo?

¡Guau! Yo no he intentado nunca frivolizarla, el tema de la violencia en nuestro país y, en nuestra zona concretamente, es un tema que hay que cogerlo con mucho cuidado. Hay muchos extremos que pueden quedarse tocados por una lectura así; yo en todo momento he contado una historia de entretenimiento donde no he intentado banalizar en absoluto la muerte. Hay dos muertes y un asesinato muy claro, que es a acuchilladas, en su casa, al principio de la novela y luego hay otro en la que la madre está convencida de que su hijo no ha muerto por causas naturales. Yo he intentado en toda la novela tratar la muerte con el máximo respeto.
Yo tengo un discurso muchas veces que pueda ser digamos amable, jocoso, informal, pero en ningún momento he intentado banalizar el tema de la muerte, porque creo que es un asunto que requiere cierta seriedad, se puede tratar con humor, en algunos momentos me permito algunas pinceladas de humor, pero creo que no, cuando suceden casos como estos frivolizamos, si, entretenemos, pero creo que en la base hay un respeto bastante importante.
Yo creo que la parte más profunda de la novela es cuando llegan por fin a la conclusión de que probablemente uno de los muertos ha sido asesinado, no ha muerto por causas naturales, y van a desenterrar el cadáver, y hay una frase al final de un capitulo que dice que ‘la tierra lloraba’, lloraba porque no podía recoger todas las tristezas que estábamos plasmando. Incluso digo esto porque en el siguiente capítulo intento aligerar la carga de profundidad que tiene el capítulo anterior cuando la tierra llora porque se ha acostumbrado al cadáver y al cabo de un mes lo vuelven a desenterrar.

¿Qué ingrediente literario le costó más de trabar?

Hombre, yo creo que el ingrediente que más costo fue hilar todo, creo que es la primera vez que hacia una novela negra, no me importa reconocerlo porque es verdad, mi primera novela, y hubo un momento, cuando me puse a escribir, que dije: “otras, esto es más difícil de lo que parece a primera vista”. Yo creo que el hilazón fue el ingrediente más difícil. Creo que lo conseguí y estoy satisfecho de cómo ha quedado, pero si es verdad que fue ese momento de asomarme al abismo… 

¿Al horror vacui?

Sí, sí, y decir: “¿esto lo puedes hacer?” Y fue ahí cuando me dije: “sí, sí, tira para adelante”. Yo intento creer mucho en mí mismo, hay veces que flojeo pero intento creer mucho en mí mismo.

En plan, Aupa Xabi, aupa…, imagino. Y, ¿cuál ha sido el tiempo de cocción de esta novela?

Yo te voy a hablar del tiempo, pero no del cronológico sino del meteorológico, las cuatro novelas están escritas entre octubre y marzo abril; necesito oscuridad, necesito poca luz, necesito tiempo gris, ahora empiezo a entender a los nórdicos porque escriben tan bien la novela negra. Yo como un día de sol como este me sería muy difícil trabajar. Si hace bueno me gusta mucho pasear y andar en moto, en cambio me es muy difícil sentarme. Estaba el otro día escribiendo la cuarta y estuve escribiendo cosas sin mucha base, dejando pinceladas para luego poder retomarlas para cuando empiece el mal tiempo. 

¿El tiempo de setas?

Bueno no, porque en verano también hay setas.

Me gusta otra parte de la novela en la que Arantxa se justifica al respecto de unos clientes se han quejado de unos perdigones en la becada en salsa, aunque temo que en la realidad no es así, al igual que al cocinar una novela, un perdigón puede molestar a un lector (o a muchos) de paladar fino, sobre todo en este género noir con tantos resortes y detalles.

Yo he tirado mucho de intuición, si es verdad la anécdota de los perdigones en un gourmet, pues bueno, le hará decir un par de exabruptos, pero es una cosa habitual. En la literatura pasa lo mismo, yo cuando escribía de concina, pero no recetas, tengo libros de recetas, muchos, pero también escribía de estética culinaria, sabía dónde meter la pata, esa lección la tenía aprendida, lo cual no quiere decir que haya habido algunos perdigones, pero gracias a la labor maravillosa que ha hecho Destino de este tipo de erratas, que no son erratas gramaticales sino conceptuales, me ha sabido llevar por el buen camino.

Para terminar, ¿cómo se le ocurrió este maridaje, el del género negro con toques gastronómicos?

Bueno, yo tenía muchos libros escritos y, bueno, tenía la sensación de que tenía que cambiar de chip y después de haber hecho muchas cosas en gastronomía, la historia que yo tenía detrás era una historia potente de novela negra, con un inspector de la Ertzaintza, ya que sabes que en Euskadi no investiga la Policía Nacional sino la Ertzaintza todo este tema de asesinatos; esta era la historia que me llamaba desde mi campo, que es un campo muy sensitivo como es el de la comida. Maridarlo con asesinatos, con novela negra, era una cosa que estaba cantada y que tenía que funcionar. Tú no puedes pretender escribir de cocina si al final no terminas contado una historia donde la cocina está dentro; yo a la gastronomía lo considero arte, es el arte más primitivo que existe y el arte que interiorizas, el único arte que interiorizas, porque tú puedes ver por ejemplo la Piedad de Miguel Ángel, pero solo puedas ver, posiblemente no la puedas tocar, no la puedes comer, ni la puedes chupar…

Claro, imagínese que todo el mundo fuera a chupar la Piedad, sí… (Risas).

Muchas gracias y mucha suerte, Xabier.

Por Gines J. Vera

domingo, 5 de julio de 2015

AL OTRO LADO DEL CRISTAL, de Juan Manuel Peñate Rodriguez



Al otro lado del cristal es un libro de relatos que, de entrada, debo matizar cayó en mis manos hace tiempo. Parece paradójico que habiendo hace poco entrevistado a su autor, Juan Manuel Peñate Rodriguez, venga hoy a hablar del libro. Más curioso puede parecer que haya afirmado que se trata de un libro de relatos cuando en él los lectores van a encontrar historias cortas de la mano de otras que bien podrían entrar en la categoría de novela corta.

El primer relato es 'La pala’, y aunque a mi falible opinión es el que más he disfrutado no quiero con esto restar interés narrativo al resto de las historias. Confesé al autor que me evocaba con la debida distancia, al relato La lotería de Shirley Jackson, las razones se las dejo al lector, obviamente.

‘Dios Roco’ es a mi juicio otro relato muy a tener en cuenta, sobre todo conforme vamos descubriendo la naturaleza de los personajes, quizá el destacarlo sea por el poso que deja al terminarlo, casi a modo de reflexión sobre la perspectiva de la realidad vivida.

Me permito un salto en el orden secuencial a como están dispuestos los relatos en el libro para hablar de ‘Touchdown’, vuelve a sorprenderme el juego de incógnitas frente a las distintas peripecias de los cuatro protagonistas y, aunque el final me recuerde a un jefe de pista circense para llamar al respetable a seguir atentos a la función, he de admitir que tiene un estilo atractivo y vitalista (no descarto que algún avezado lector me tilde de caer en una sutil paradoja).

Junto con el relato inicial, me he sentido especialmente cómodo leyendo el relato largo (92 páginas) que da nombre al libro, me refiero a ‘Al otro lado del cristal’. Las dos protagonistas tejen una historia bien traída en el escenario que Peñate crea a modo de caja china donde la fuerza narrativa cae sin duda en las decisiones y motivaciones de ambas hermanas: Laura y Jana.

Dejo a opinión de los lectores que se demoren en la lectura de los tres relatos restantes: ‘El jugador pesimista’, ‘Tercera planta, por favor’ y ‘En la celda de colores’.

En todos los relatos el autor ha querido experimentar y dejar que el lector siga la pista, no solo se entretenga, también hacerle partícipe del juego de la seducción argumental a través de la sorpresa y el lenguaje nada rebuscado, lo cual es siempre de agradecer.

Para quienes quieran saber algo más del autor, aquí dejo el enlace a la entrevista que me concedió.