martes, 27 de diciembre de 2016

PREMIOS PLANETA 2016: DOLORES REDONDO y MARCOS CHICOT

He decidido que este la última entrevista del 2016 en Maleta de libros sea la que me concedieron la ganadora y el finalista del Premio Planeta de Novela. Me refiero, respectivamente, a Dolores Redondo y Marcos Chicot; ambos concedieron una rueda de prensa para los medos valencianos en un céntrico hotel de Valencia. Tras posar para las fotografías de rigor, tuvieron a bien contestar durante casi una hora a un buen número de preguntas.

Dolores Redondo habló sobre el protagonista, la especial dedicatoria y la ubicación de ‘Todo esto te daré’ (Planeta, 2016).
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D.R.: El protagonista es un guardia civil retirado, en unas circunstancias especiales y un tipo al que le repugna este tipo de poder, el que haya gente, familias o grupúsculos a los que se les siga prestando servicios, el que todavía exista un servilismo para que ni siquiera aquellos tengan que pasar por el bochornoso trámite de pedir un favor. Esto es algo que está caracterizado en la novela como una familia noble gallega, pero a todos se nos puede venir a la memoria familias de políticos, familias de empresarios, familias poderosas en nuestro país de las que se sabe que han estado implicadas en accidentes de tráfico a personas huidas de la policía de las que se han librado y en situaciones en las que a los demás nos llevaría a dar con nuestros huesos en la cárcel como mínimo.

D.R.: Le he dedicado la novela a mi padre porque se refleja el carácter gallego, él es un gallego que se vino al País Vasco hace muchísimos años y apenas ha regresado a Galicia puntualmente para alguna celebración y tal, pero está desubicado de Galicia. Si habéis leído la dedicatoria, les he dedicado la novela a mis padres porque cuando era pequeña me parecían algo así como Romeo y Julieta, me parecía muy romántico que él se hubiera casado con mi madre a pesar de la opinión en contra de la familia, solo porque ella era del País Vasco y él era gallego. Sus padres tenían otro proyecto para él y no les apetecía mucho esta boda, se pensaban que le iban a perder, y le perdieron, pero no porque se fuera a otra región sino precisamente por el rechazo de su familia.

D.R.: Galicia era el lugar adecuado para hablar de caciquismo, creo que la podía haber ubicado en otros lugares del país, pero luego está también el tema del escenario. Si la Ribeira Sacra hubiera estado en Andalucía la hubiera ubicado en Andalucía, pero la Ribeira Sacra está en el corazón de Galicia y se prestaba perfectamente para ubicar esta novela. Fue mi hermana la que me descubrió este lugar, ella vive cerca de allí, pero desde hace poco tiempo. Ella sabe que me gustan los escenarios muy exigentes, los lugares un poco hostiles que de entrada no sean el lugar perfecto e idílico donde uno ubicaría una acción pero exprimen a los personajes, les obliga a sacar lo mejor y lo peor de sí mismos, y me sirve para caracterizar a Manuel cuando llega a la Ribeira Sacra en el peor día de su vida con la peor noticia a espaldas y que de entrada le parece hostil, con una serie de cosas que le parecen raras, con familias que viven en pazos, que todo esto es verdad, existe en la Ribeira Sacra. Es habitual, casi todos los pazos pertenecen a familias nobles.
Marcos Chicot respondió acerca de su thiller histórico ‘El asesinato de Sócrates’ obra con la que ha resultado finalista y de cómo este premio ha modificado en parte su día a día.

M.Ch.: Lo que intento mostrar es la democracia, la Grecia clásica con todas sus facetas y todas sus luces y sus sombras. A veces digo que se produjo una especie de Big Bang hace 1500 años cuando lo que surge no es el universo, como en el Big Bang original, sino que lo surge somos nosotros, el hombre, tal como nos concebimos, tal como somos, la civilización y la cultura, porque se perfecciona el pensamiento a un nivel muy superior al que había. Se alcanza un nivel de perfección en la escultura, en la música, en la pintura…, surge la medicina como ciencia con Hipócrates, la Historia con Tucídides y Heródoto, surge el teatro, se alcanza la perfección en la literatura con Eurípides y Aristófanes, se alcanza la democracia, surgen los grandes pensadores, surge Sócrates. Se habla de los presocráticos en el pensamiento porque Sócrates es una frontera, un antes y un después en el pensamiento y, por tanto, de la Humanidad.

»Estamos hablando de una época absolutamente única y de un personaje absolutamente único. Eso, hoy en día, es poco conocido, se conoce poco, los clichés, cuatro ideas básicas, por eso el asesinato es una metáfora, lo que quiero es resucitar a Sócrates. Como decía, luces y sombras en el aspecto de la democracia, por ejemplo muestro la primera democracia del mundo y, por tanto, es la primera aparición de los políticos profesionales, de las primeras corruptelas y de los primeros demagogos.

»Es una novela de personajes, aunque Sócrates es un personaje importante con su faceta publica, su faceta de filósofo, pero me interesa más la personal, el Sócrates padre de tres hijos, el Sócrates marido de una mujer mucho más joven que él, su vida conyugal, el Sócrates que sufre cuando mueren sus amigos en una epidemia de peste que vemos en la novela, o durante la guerra, el Sócrates soldado, algo poco conocido, pero sabemos que participó, como poco, en tres grandes batallas, por ejemplo, en aquella guerra brutal entre Atenas y Esparta. Estas son las facetas desconocidas pero documentadas de Sócrates que quería mostrar en la novela, pero ante todo es una historia de intriga, es una historia de aventuras, es una historia de amor y una historia de enganchar al lector como ya hice con ‘El asesinato de Pitágoras’.

M.Ch.: Es una ruptura en nuestra dinámica de la vida en la medida estamos alejados de nuestros hijos y de nuestros cónyuges que es con quien nos gusta estar, en ese sentido es una ruptura, pero la actividad promocional y recibir un premio en este caso forma parte de nuestra vida, es lo normal. Un escritor que tiene la suerte de publicar, de tener muchos lectores, le dedica un tiempo a escribir y otra parte a la promoción. Llevamos los dos mucho tiempo escribiendo, al principio eran tiempos duros, como para cualquier escritor, novelas de aprendizaje, novelas en un cajón, cartas de rechazo de editoriales, luego publicamos, hemos tenido más o menos éxito, mucho en el caso de Dolores, aunque yo estoy muy contento con lo que me ocurrió con ‘El asesinato de Pitágoras’, y ahora con el Planeta adelantas varias casillas de golpe.
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Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián, 1969) estudió Derecho y Restauración gastronómica, y durante algunos años se dedicó a distintos negocios. Comenzó escribiendo relatos cortos y cuentos infantiles, y la novela ‘Los privilegios del ángel’. Su  trilogía del Baztán se ha convertido en un fenómeno editorial en los últimos años. Su novela ‘Todo esto te daré’, es la obra ganadora del Premio Planeta 2016.

Marcos Chicot, (Madrid, 1971) es economista y psicólogo clínico, abandonó el mundo de la empresa en 2004 para centrarse en la escritura. Ganador del Premio de Novela Francisco Umbral con su novela ‘Diario de Gordon’, también ha ganado el Premio Rotary Internacional de Novela resultando finalista de los premios Max Aub, Juan Pablo Forner, o el Ciudad de Badajoz. Su novela ‘El asesinato de Pitágoras’ se convirtió en el ebook en español más vendido del mundo en 2013. Con ‘El asesinato de Sócrates’ ha resultado finalista del Premio Planeta 2016.

lunes, 19 de diciembre de 2016

RUTA SEPETYS: «Los lectores me han ayudado a cumplir este compromiso.»


Foto: Kacie Lynn Wheeler (c). Cortesía Maeva Ediciones.
Entrevisto por segunda vez a la escritora norteamericana de origen lituano Ruta Sepetys. En la anterior ocasión lo hice por su segunda novela publicada en español, ambientada en el colorido Nueva Orleans de los años cincuenta. En este caso me la concede por su tercera novela ambientada en Europa, a mediados del s. XX, alrededor de una tragedia ocurrida en el mar Báltico poco conocida. Desde aquí darle las gracias a Ruta Sepetys por su amabilidad y, cómo no, a la editorial Maeva, especialmente a Laura Russo.

He leído que ha escrito esta novela como una especie de compromiso, para dar voz a un familiar que estuvo a punto de embarcar en el Willhelm Gusstloff, ¿considera que ha cumplido aquel encargo a la luz del éxito de ‘Lágrimas en el mar’?
Mi objetivo en Lágrimas en el mar era presentar una parte de la historia desconocida para gran parte del mundo. El mérito en verdad corresponde a los lectores. Ellos me han ayudado a cumplir este compromiso.

¿Cómo y en qué momento decidió que esta historia debía ser contada en forma coral a través de las distintas voces entrecruzadas de sus protagonistas?
Cuando empecé a investigar para la novela, me di cuenta rápidamente de que incluso cuando los seres humanos viven la misma experiencia, cada uno puede interpretarla de una forma diferente. Cada interpretación puede estar influenciada por su cultura o el lugar del que proceden. Quería representar las distintas culturas y nacionalidades que formaron parte de la evacuación, así que creé cuatro personajes diferentes para reflejar la historia real y la ficción desde sus diferentes puntos de vista.

Hay una frase de Alfred para su querida Lore en la que le dice que hay demasiada imperfección en el mundo. ‘Sabemos que existe –dice–, pero al vernos forzados a mirarla solo conseguimos crear más traumas. Hay ciertas cosas que es mejor ignorar’. ¿Nos comenta este pensamiento de Alfred?
Alfred carece de empatía y compasión. No se da cuenta, o no quiere aceptar, que los seres humanos somos perfectos con nuestros defectos. Después de todo, el ser humano es imperfecto. Al personaje de Alfred le persigue el miedo, y el miedo provoca su comportamiento.

En ‘Lagrimas en el mar’ se menciona la Cámara de Ámbar, de hecho Florian reflexiona no solo sobre el supuesto talento del Führer como acuarelista sino también acerca si sería verdad que aquella estaba maldita. ¿Por qué decidió incluir el misterio de la Cámara de Ámbar en su novela?
La desaparición de la Cámara de Ámbar es uno de los misterios más duraderos de la historia del arte. ¿Cómo es posible que un tesoro tan enorme y legendario simplemente se desvanezca? En mi investigación para Lágrimas en el mar, me encontré con algunas teorías que especulaban que la Cámara de Ámbar iba a bordo del Wilhelm Gustloff. Decidí entretejer esa historia en la novela para dar a conocer a los lectores el tesoro y su desaparición. ¡Quizás sea un lector quien finalmente la encuentre!

También Florian narra un episodio pasado, en este caso sobre un hecho ocurrido en junio de 1941, las deportaciones a Siberia, las torturas en los gulags, que el personaje de Lina estaba a punto de entrar en la escuela de Bellas Artes. Son temas que aparecieron en su novela ‘Between Shades of Grey’, ¿es un guiño a esa primera suya, a una realidad que conoce bien o una reivindicación personal dada su ascendencia lituana?
Sí, el personaje de Joana en Lágrimas en el mar aparece en mi primera novela, Entre tonos de gris. Los lituanos vivieron muchos destinos durante la II Guerra Mundial y decidí conectar los dos personajes y sus historias. Algunos interrogantes de Entre tonos de gris se resuelven en Lágrimas en el mar, pero tendrás que poner mucha atención J.

El personaje de Alfred me ha seducido por su personalidad, hay un momento en el que comenta con otro personaje ‘Nuestro Führer te recordaría que no tiene sentido ayudar a los débiles o a los tullidos. En la naturaleza, las especies más débiles simplemente mueren’. A la luz de lo que pasó con el Willhelm Gusstloff ¿podría pensarse que un poco sucedió algo parecido, que solo sobrevivieron los menos débiles, que el mar actuó como un entorno hostil, aunque no estemos de acuerdo en el pensamiento del Führer y de quienes pensaban como él?
Esto depende de cómo defina cada persona el concepto de “fuerza”. Durante mi investigación leí informes sobre adultos que pusieron a los niños en los botes salvavidas y se ahogaron en el proceso. También hubo marineros que sacrificaron sus propias vidas para salvar a otros. Ese tipo de valentía y coraje requiere la mayor de las fuerzas.


Ruta Sepetys (Detroit, Michigan, 1967) estudió economía y ha desarrollado una prestigiosa carrera como productora musical. Inspirada por la historia de su padre, un refugiado lituano, escribió ‘Entre tonos de gris’, una conmovedora y luminosa narración sobre las purgas estalinistas en Lituania, para lo que realizó un exhaustivo proceso de documentación hasta el punto de que la autora fue invitada a comparecer ante el Parlamento Europeo para exponer sus hallazgos sobre el tema. Su segunda novela, ‘El color de los sueños’; su tercera novela es ‘Lágrimas en el mar’ (Maeva, 2016). Sepetys ha sido galardonada con la Cruz de la Orden de Méritos a Lituania, además de recibir numerosos reconocimientos literarios.
Podéis leer la anterior entrevista a Ruta Sepetys aquí

Foto: cortesía Ediciones Maeva

jueves, 15 de diciembre de 2016

LIBROS PARA ESTAS NAVIDADES Y REYES

Los libros no caducan. Al menos no los buenos. Quería empezar esta entrada con estas ideas pues en los últimos días he podido hablar con compañeros sobre esto, sobre la volatilidad de las novedades editoriales en las mesas de las librerías. Parece que un libro, tras unos meses en los escaparates, vuelve a la oscuridad de almacenes de distribuidores o a las editoriales. Algunos para ser reciclados y dar nueva vida a otros libros. Por ello, me gustaría compartir con vosotros estas líneas y recomendaros algunos libros sin dar fechas, a lo 'la edad se lleva en el corazón'. Si estas navidades no sabéis qué regalar un libro puede ser una buena opción.

'Amapolas en octubre', de Laura Riñón Sirera (Espasa) es una novela con gusto por los libros, una historia de identidades y recuerdos; os la recomiendo además con un guiño a los que podáis venir a la firma con la autora este viernes 16 a las 19h en la Librería Leo de Valencia.
La cuarta víctima, de Mari Jungstedt (Maeva) es la novena entrega de la serie de novela negra que ha popularizado la autora situando las intrigas y resolución de los casos en Gotland por una curiosa pareja de la Policía sueca. En esta se citan un atraco, unos motoristas y una historia del pasado sin aparente relación. Diario de ausencias y acomodos, de Fernando García Calderón y Facundo Laboa (Alfar), para los amantes de los relatos estas 15 historias tienen en común el arte pictórico y de algún modo, al lingüista Juan Ángel Santacruz, F&F maridan textos con cuadros con una prosa luminosa y ágil. No dejamos los relatos, sino que nos quedamos con 'Entre malvados', de Miguel Ángel Muñoz (Páginas de espuma), en realidad nos quedaremos con un sentimiento extraño al ir pasando las páginas de cada uno de los relatos, descubriendo que el mal y la violencia parecen omnipresentes, miremos donde miremos, que a veces el miedo puede salvarnos o tal vez condenarnos. 'La ciencia del lenguaje positivo', de Luis Castellanos (Paidos) es un libro de no ficción, una interesante propuesta para descubrir la importancia de las palabras, las que usamos, las que callamos, su influencia en nuestra vida, todo explicado con rigor científico en un lenguaje ameno y positivo, claro está. Para quienes quieran cuidarse y pasar un rato entretenido con el humor de Fernando Sánchez Dragó mi recomendación es 'Sangri-La. El elixir de la eterna juventud' (Planeta). Seguro que sorprenderá a más de uno si no por los consejos que da el autor, sí por las anécdotas y alguna irreverencia tan lúcida como reflexiva. 'MultiCosmos. La rebelión de los drones', de Pablo C. Reyna (Montena) es el libro que recomiendo a los más jóvenes de la casa. Un libro no solo para leer sino para jugar con él en la línea del universo MultiCosmos; en esta ocasión con unas holopulseras y unos robots superavanzados poniéndoselo difícil a nuestros protagonistas. Eva Monzón firma 'El día a día' (Sargantana), una novela que mira a la familia, los protagonistas de esta historia que van descubriéndose y descubriéndonos ese complejo arte de vivir día a día y cómo hemos de adaptarnos según nuestra naturaleza y deseos. De la misma editorial es 'Entre la noche y el alba', de Juan Esteban Gascó. Con su primera novela, este abogado valenciano nos presenta una historia bien tramada que teje en paralelo: un caso judicial y unos hechos del pasado con la dualidad entre la esperanza y la desesperación o el amor y el desamor. No puedo sino cerrar esta entrada con un libro de relatos, género al que aprecio como lector y autor. En este caso, un libro de Camila Läckberg 'Tormenta de nieve y aroma de almendras' (Maeva), los escenarios que han hecho popular a la reina de la novela negra europea sirven para descubrirnos a una serie de personajes con la Navidad y el misterio como argumento.
Que los disfrutéis.

lunes, 12 de diciembre de 2016

INMA CHACÓN: «El paisaje refleja la psicología de los personajes.»


Entrevisto a Inma Chacón por segunda vez, aunque es cierto que ha pasado mucho tiempo desde que Chacón respondiera a las preguntas en la rueda de prensa en 2011 como finalista del Premio Planeta. Hay algo en común, pienso entre aquella novela, entre sus personajes, y esta. También es cierto que aunque ambas entrevistas fueron en el mismo hotel de Valencia en esta ocasión me concede más tiempo y en exclusiva, eso se nota. Al final de esta entrevista dejo el enlace de la anterior, para los más curiosos.

   La hipocresía social, junto a los convencionalismos de la época o el paisaje marcan sin duda el destino de los personajes, su carácter, sus motivaciones en esta ‘Tierra sin hombres’.
   Tiene mucha influencia el paisaje, más que influencia, el paisaje refleja la psicología de los personajes, lo que le pasa a los personajes se traduce en el paisaje y en el clima; hay ahí una simbiosis de la naturaleza con la psicología de los personajes o con el comportamiento y las actitudes de los personajes, lo que se va a desarrollar en el interior es lo mismo que antes, también está sucediendo en la naturaleza. Si el personaje está triste, llueve; si e personaje se pierde, hay niebla; si el personaje está contento hay sol; hay un poco de simbiosis entre todos ellos porque, al final, todos ellos son la naturaleza. Elisa se siente la madre Tierra. El mar es un personaje de la novela muy duro, porque es el que se traga a los hombres y a veces los devuelve, o los devuelve hechos añicos.

   Es casi un padre severo, quizá el más severo de todos.
   Más que un padre el mar es un muro, es la incomunicación, es lo que les separa de sus hombres, bien porque son pescadores, como el padre de Rosalía, que se lo devuelve el mar, pero se lo devuelve muerto; o los que se lleva el mar y ya no aparecen nunca. O los que vienen al cabo de los años generalmente con los sueños rotos, porque los menos son los que venían triunfadores.

  En esa Galicia de principios del siglo XX, tan hostil como dramática, transcurre ‘Tierra sin hombres’ que, como revela el título,  es una historia de hombres ausentes, pero también de mujeres tenaces.
   En Galicia se dan unas circunstancias tremendas desde mediados del siglo XIX porque allí había una plaga que había asolado las tierras, que la había dejado sin la producción de castañas, de trigo, de patatas…, se había quedado la tierra yerma. Eso es lo que le da esa característica, o esa hostilidad de la que tú me hablas. Los hombres se tienen que ir a buscar la vida, en principio, a otras provincias españolas; ya no se puede trabajar la tierra y se tienen que ir, emigran dentro de España, pero poco a poco empiezan a emigrar fuera de España. Es una diáspora que se mantiene hasta hoy. La emigración a América era más propia de principios del siglo XX porque aún existía la reminiscencia de las colonias.
   Yo hablo de Galicia, pero en muchas regiones española se sufrió la ausencia de los hombres porque tienen que ir a buscarse la vida a otros lugares, y no solamente en España, también en Irlanda, en Italia, en Gracias, cuántos países han visto como se iban los hombres y muchos de ellos no volvían. Esa es la soledad de la que yo hablo. Rosalía de Castro las llamó viudas de vivos. Yo creo que no hay nada que refleje mejor esa condición, una mujer que no está viuda, pero que guarda el luto por el marido; que no está viuda, pero tampoco tiene una vida de casada, y tampoco tiene los derechos que podría tener una mujer viuda. Si los maridos no tenían la precaución de dejarles un poder antes de irse para que ellas tuviesen capacidad legal estaban vendidas, esa es también, un poco, esa hostilidad de la que tú me hablabas.

   Es una novela en la que las mujeres, el único recurso que tienen es su propia fuerza, es algo que no menciono en la novela porque me parece evidente. Son mujeres muy fuertes. O que se tienen que hacer fuertes.
   Hay algo de tragedia griega, de visceralidad, de sentimientos puestos en juego dentro de la familia, algo tan eterno que ha movido el mundo, no sé si está de acuerdo conmigo, desde el origen del hombre, del orden social.

   Sí. La familia, la familia es un micromundo que representa a todo el universo, lo que se da en una familia se puede dar en un país, en todo el mundo, esas rencillas internas, esos recelos, también los sueños en común, los sueños rotos, los anhelos, el deseo de mejorar, la atracción de la tierra hacia abajo, quizá ese empeño de la fuerza de la gravedad de atraerlo todo y de no dejar que las cosas se separen del suelo; y, sin embargo, ellas son capaces de saltar y de levantarse, de volar. El ser humano ha sido capaz de hacer eso, ha sido capaz de levantarse, de dar un salto, de volar. Eso es lo que sucede dentro de la casa, y lo que sucede dentro de la casa, aunque se quiere mantener dentro de las cuatro paredes, al final sale fuera, al final se ve desde fuera; esas voces que salen fuera de la casa por mucho que tú no quieras, esa sensación de que lo que le sucede a uno les afecta a todos.

   Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954) es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Documentación en la Universidad Rey Juan Carlos. Fundó y dirigió la revista digital Binaria: Revista de Comunicación, Cultura y Tecnología. ‘La princesa india’ fue su primera incursión en el mundo de la narrativa, a la que siguieron ‘Las filipinianas’ y ‘Nick’, una novela juvenil. También ha publicado los poemarios ‘Alas’, ‘Urdimbres’, ‘Antología de la herida’ y ‘Arcanos’. En 2011 fue finalista del Premio Planeta con ‘Tiempo de arena’, y en 2013 publicó ‘Mientras pueda pensarte’, una novela emotiva y sobrecogedora. Este 2016, por encargo de la Biblioteca Nacional, para conmemorar el cuarto centenario de Cervantes, escribió ‘Las Cervantas’ junto a José Ramón Fernández, representada en los Festivales de Teatro Clásico de Alcalá de Henares, Cáceres y Almagro, entre otros. Su última novela es ‘Tierra sin hombres’ (Planeta, 2016).
   Podéis leer la entrevista a Inma Chacón en 2011 aquí: http://librosenlamaleta.blogspot.com.es/2016/06/premios-planeta-de-novela-2011.html

lunes, 5 de diciembre de 2016

JAVIER PUEBLA: «Espero estar a la altura de Dumas».


Entrevisto a Javier Puebla al hilo de su novela ‘El hombre que inventó Madrid’ (Algaida, 2016), una novela histórica basada en la vida del Marqués de Salamanca.

Nada como empezar una buena novela negra con un muerto, solo que en este caso es el protagonista…
Yo es que soy de la teoría de Alfred Hitchcock de que hay que empezar con un terremoto y de ahí seguir para arriba. Efectivamente el muerto es el protagonista, no te desvelo nada, está muerto por el cólera y esas cosas.

‘Siempre que alguien odia a un rey o a un líder o a cualquier otro hombre aparece la contrafigura del odio, el partidario incondicional, así había sido siempre en Europa y especialmente en España’, leemos en su novela, ¿sucede así?
Hombre, siempre, siempre no; tenemos tendencia, el perdedor es mucho más atractivo que el ganador, y además con el perdedor puedes hacer algo siempre y con el ganador no puedes hacer nada. Entonces, hay quienes se apuntan al ganador para que de alguna manera brille dentro de su estela, cola de león, y quien tiene tendencia a la cabeza de ratón, le gusta, y entonces encontramos un pelo de ratón y por supuesto lo cuidamos.

Para los lectores que no sepan lo de la cabeza y la cola de león es una frase de Mussolini que si no recuerdo mal dijo algo así como más vale ser cabeza de ratón que cola de león
No sabía que era de Mussolini, mucha gente prefiere ser cola de león, en teoría, o borrego de rebaño que es un poco parecido.

Yo creo que en España lo que hay es mucho rebaño, no sé si ratones.
En España y en el mundo, la humanidad es gregaria y está más cómoda con gente, la gente tiende a juntarse en ciudades y a no dispersarse, los solitarios somos muy pocos. Incluso el tigre que es muy solitario mantiene amistades con otros tigres.

Y con tigresas.
Yo a eso no lo llamaría amistades.

El banquero más influyente de Madrid, José Buschental, calificó a José de Salamanca como ‘el malagueño que quería inventar el mundo’. Pero en realidad, díganos, ¿quién era José de Salamanca y Mayol?
Yo creo que José de Salamanca era un tipo que quería inventarse, el veía el mundo a su manera sobre todo desde que vuelve. Cuando parece que está muerto y vuelve como el conde de Montecristo él es muy consciente de todo lo que le pasa, de que la vida hay que aprovecharla todo lo que se pueda y que no hay nada que perder, porque al final te mueres, por eso él siempre soñaba con ser un personaje de ficción y a Dumas le insistió mucho y se hizo íntimo amigo de él, decía que su amistad con Dumas tenía de fondo el ‘dedícame una novela y conviérteme en un personaje de ficción’, aunque Dumas nunca le convirtió en un personaje de ficción y ha tenido que esperar hasta a mí para convertirse en un personaje de ficción. Espero estar a la altura de Dumas, seguro que estoy a la altura de Dumas.

Javier Puebla es escritor, periodista, profesor de escritura creativa, Director Literario de la revista Cambio16. Colabora como articulista en Cuadernos para el Diálogo, Cambio16 y La Opinión (Murcia), y firma reportajes variados en diversos rotativos nacionales. Además de novela escribe ensayo, poemas y guiones. Ganador del V Certamen Vicente Presa en 2009, premiado en los concursos Silverio Lanza y La Ventana de la Cadena Ser, resultó finalista en 2004 del Premio Nadal con ‘Sonríe Delgado’, con ‘La inutilidad de un beso’, ganó el XVIII Premio Internacional de novela Luis Berenguer.

lunes, 28 de noviembre de 2016

CARLOS SISÍ: «Como improviso mucho mientras escribo puede pasar casi de todo».


Carlos Sisí me concede una simpática entrevista al hilo de la publicación de la última entrega de su saga zombi ‘Los caminantes’, concretamente ‘Tempus fugit’ (Minotauro, 2016). No dejo escapar más tiempo antes de presentaros la entrevista. Espero que os guste.
En esta quinta entrega vemos que aparecen nuevos personajes, pero también otros que reaparecen en ‘Tempus fugit, ¿revivirlos literariamente obedece por entero a la necesidad de atar cabos sueltos en entregas anteriores?
Los personajes son herederos del estado de las cosas en anteriores entregas. Hay algunos nuevos, y otros que parecieron despedirse tiempo atrás, pero que han vuelto. Alguno hay que no debió volver nunca pero lo ha hecho de todos modos (risas); en general me fijo mucho en lo que los lectores aplauden y piden en las redes sociales, encuentro mucha satisfacción en el hecho de que pidan y tengan ganas. Las ganas lo son todo.

Y en esa línea quería preguntarle por ese regreso al inicio, a Carranque, un poco como la propia estructura fragmentaria de la narración, esa visión coral, pero coméntanos lo del regreso al ‘origen; la vida son ciclos y el ‘tempus fugit’
Me apetecía, tenía ganas, y como bien dices, soy muy de cerrar círculos. La última novela que será la sexta en la serie ocurrirá en Málaga en los escenarios donde todo empezó, para cerrar cosas. Si se restablecerá la civilización y se terminará el problema zombi o esperarán sobreviviendo (que no viviendo) está por ver.

Ya que habla de la sexta entrega, aunque en esta quinta entrega de la saga parecen cerrarse muchas de las historias de los personajes que aparecieron en libros pasados, cuéntenos a qué o a quién como ‘resucitaráen un nuevo libro.
Lo que se cuente en el sexto, como se ha podido ver o se está viendo estos días en el quinto, será algo bastante sorprendente. Mi virus zombi es en esencia una súper célula madre que regenera todo el cuerpo hasta lo delirante, así que quizá puedan terminar de ajustarlo y ver qué sale a partir de ahí. Pero como improviso mucho mientras escribo (siempre digo que soy el primer lector de mis libros) puede pasar casi de todo, en realidad (risas).

Sobre la voz narrativa coral, creo modestamente que es una de las razones de que se lea tan rápido –mi felicitación–, casi tanto como el caminar de esos zombis al oír ruidos, ¿coincidimos más lectores en esto?
Sí, es algo que me dicen a menudo. El estilo es rápido y directo a propósito; son libros de aventuras, disfrutables en esencia. Imagino una escena como si de una película se tratara y trato de describirla; tampoco mucho, dejo que la imaginación del lector decore con su riqueza interior lo que esbozo. Y funciona. Lo ven realmente. Es una obra coral por un motivo muy sencillo, quería que el lector sufriese la tensión de no saber quién es el protagonista siquiera, así, cualquier personaje está expuesto a la muerte.

A la hora de enganchar también me ha fascinado el lenguaje, ese toque de ironía –si se me permite–. Imagino que en el terror como en las escenas de sexo –donde también hay mucha carne y mucha urgencia– es fundamental saber construir emociones con palabras precisas, ¿es así? ¿Disfruta a la hora de escribir, de describir, o necesita pasar un poco de miedo para ‘entonarse?
El miedo lúdico se busca y hasta se paga, el miedo de verdad es el peor cáncer de la humanidad. Creo que tras cada acto de maldad, por inopinado que sea, hay Miedo. Si pudiéramos erradicarlo tendríamos un mundo mucho mejor. El miedo que planteamos en los libros y otras obras de ficción nos distrae del miedo real que no nos permite ser felices, ni ser nosotros mismos, para empezar. Cómo se cocina y se sirve ese miedo lúdico es algo que cada creador aprende y lleva a cabo de manera diferente; en mi caso prescindo de la exactitud de la palabra por una composición general mucho más sencilla y directa; mi melodía es sencilla pero efectiva. Creo que aprendí de mi madre, es una excelente contadora de historias que conmueven y te empujan emocionalmente, así hayan pasado cuarenta años desde que las vivió.

Quiero preguntarle por un personaje entrañable, esa niña con la que he empatizado por su candidez. ¿Resulta difícil meterse en la piel y la mentalidad infantil, lo es más si se trata de ‘hacer ver’ al lector el miedo o la incomprensión de lo que nos rodea a esa edad?
Me manejo bien con los niños, no solo soy padre de tres, es que nunca he dejado morir al niño interior. Aún me emociono visitando jugueterías y cada Viernes es un pequeño fin del mundo laboral para centrarme en un apocalipsis de juegos, salidas y despreocupaciones. Sé cómo piensan y cómo reaccionan, y además son absolutamente deliciosos de plasmar.

A la hora de plantear lo suculento de la historia ¿se tiene en cuenta antes el sentido común o lo científico de la parte de ciencia-ficción? ¿Es cada vez menos ficción aventurar este tipo de Apocalipsis?
No sé qué tienen los apocalipsis que nos atraen profundamente. Continuamente el cine nos trae películas catastrofistas que son luego grandes éxitos de taquilla. Imagino que, de alguna manera, el plan general de la Sociedad como tal nos asfixia un poco. Nos encontramos un poco encorsetados, tal vez, en esta rutina zombi de levantarse, ganar dinero, gastar lo ganado, y dormir otra vez. Seguramente el futuro, caso de ir mal, se parece más a “The Road” (La Carretera) que a Los Caminantes, pero como no nos enmendemos tendremos un circo a lo Mad Max. Por otro lado, siempre… siempre… prefiero utilizar el sentido común a otra cosa. Algunos personajes mueren porque, en el transcurso de la acción, lo más natural y lógico dadas las circunstancias es que el personaje muera, por mucho que no lo tuviera pensado.

Carlos Sisí (Madrid, 1971) vive en Calahonda (Málaga) con su mujer y sus tres hijos. En 2009 sorprendió al público español con su serie «Los Caminantes», que situaba el apocalipsis zombi en las soleadas tierras malagueñas y se convirtió en un verdadero fenómeno de ventas. También es el autor de ‘La hora del mar’ y ganó la X edición del Premio Minotauro con ‘Panteón’. Dirige una revista digital online y su empresa familiar de diseño y soluciones de Internet.

lunes, 21 de noviembre de 2016

FERNANDO GARCÍA CALDERÓN: «No me pongo a escribir hasta que estructuro la obra».


Entrevisto por segunda vez a Fernando García Calderón. Curiosamente descubro durante la misma que algo tienen en común la novela por la que le entrevistase en junio del año pasado y esta ‘Nadie muere en Zanzíbar’ (Algaida, 2016). Suena así el nombre de Juan Ángel Santacruz hasta el punto, al acabar la entrevista, de agradecer a Fernando que me obsequie con un libro de relatos escrito a cuatro manos, por él y por F. Gamboa, y en el que también está muy presente la figura de Juan Ángel Santacruz. La primera pregunta es obvia y así comienza esta entrevista.
¿Quién es y cómo entra en contacto con la historia de Juan Ángel Santacruz de Colliure?

Una tía abuela mía estaba en sus últimos días cuando recibí una comunicación de su hermana, mi abuela, diciéndome que quería verme. En mi familia se contaba a modo de leyenda una visita, hacía años, de un señor africano muy bien vestido. Como puedes suponer, en aquel tiempo en Sevilla un señor africano era una enorme novedad, y los chiquillos lo contábamos como si fuese algo maravilloso. Luego resultó que era cierto. Ella me comentó que este señor apareció un día por casa, que traía un arcón de madera muy bonita, muy trabajada, y que venía a contrale la historia de Juan Ángel Santacruz de Colliure que había sido el novio de su hermana, ya muerta.
A este hombre, a Juan Ángel Santacruz, le habían dado por desaparecido en la Guerra Civil, pero en realidad había acabado en Zanzíbar y había muerto en el año 76. Habían pasado varios años, el señor africano tenía una deuda, por así decirlo, de gratitud hacia él y quiso intentar acercar a la familia este arcón de madera que incluía una serie de diarios donde venía parte de la vida de Juan Ángel Santacruz. Ella me pidió que preservara la memoria de este hombre de alguna forma.

Yo desde un principio pensé que de ser capaz de abordar el asunto era haciendo una novela. Tuve la fortuna de que esos diarios no estaban completos, faltaban cosas, localicé al señor africano y me fui a Londres a verlo. A partir de ahí él me dirigió hacia Zanzíbar. Viajé a Zanzíbar en cuatro ocasiones, todo eso fue generando el desarrollo de la obra. Pero básicamente es la formulación como novela de la vida de este hombre.

¿La ‘suerte’ de que no estuvieran completos…? ¿Por qué?
Sí, porque cuando uno aborda una cuestión de este estilo, al principio eres escéptico por definición, sabes que con una novela te vas a tirar varios años casi con toda seguridad. En este caso me he tirado más de diez años, casi quince; tiene que ser un proyecto en el que tú creas. Un proyecto en el que tú creas casi siempre es un proyecto que generas tú, no un encargo que te hacen, y este encargo era muy muy especial; obviamente, no iba a fallarle a mi tía, pero el hecho de que los diarios estuvieran incompletos me abría la posibilidad de buscar más allá de la mera transcripción que no era el objetivo de partida

En ese caso, imagino, no hubiera sido una novela.
No hubiera sido una novela, eso es, y ese desde luego, no era mi objetivo. Por eso dije que tuve esa fortuna, al principio me daba pereza y al final resultó una suerte inmensa.

Le ha dejado huella, por lo que he leído. Imagino que es normal después de diez años, casi quince.
Sí, incluso en mi anterior libro en ‘Yo también fui Jack el Destripador’ hay una pequeña mención en la obra a Zanzíbar y a este personaje.

Él tuvo su epifanía en África, yo tuve una pequeñita también siguiendo sus pasos en la costa de Kingenge en Zanzíbar, y sí, tuve claro que quería hacer varias cosas, no sabía muy bien qué desarrollo iban a tener en un primer momento, pero también es verdad que yo no me pongo a escribir hasta que estructuro la obra, por eso tardé en ponerme, pero cuando me puse ya lo tuve claro.
¿Tiene pensado hacer alguna cosa más para seguir honrando la memoria de este hombre?

No, con esto concluyo mi parte, que no concluye con la edición de la novela; ahora se trata de seguir difundiendo la memoria de este hombre. Mi objetivo no era publicar, mi objetivo es transmitir la idea y el personaje.
Para que la novela llegue a más lectores, a aquellos que no sepan español y puedan estar interesados por ejemplo en Zanzíbar o como el señor africano que vive en Londres, ¿hay posibilidad de que se traduzca al inglés?

Pues esa persona en concreto sabía palabras en español y se expresó en español con mi tía y en un español que, según mi tía, era un castellano recio, castellano recio es formal. Este hombre, Juan Ángel Santacruz, que era todo un personaje, utilizó el español a principios de los años 60 como una legua código en una plantación en la que quiso instruir a una serie de personas en los ideales de cultura y de independencia; entonces aún se habla en Zanzíbar algunas palabras en español, existe la idea de que aquella plantación, que se llamaba Triana, es por él, o sea que algo ha dejado de su paso por aquellas tierras.

Fernando García Calderón (Sevilla, 1959), escritor e ingeniero de Caminos, afincado en Madrid, autor de novelas y volúmenes de relatos, algunos reconocidos en los más prestigiosos certámenes, ha publicado hasta la fecha dos volúmenes de cuentos: ‘El mal de tu ausencia’ y ‘Sedimentos en un pantano’, así como uno conjunto ‘Diarios de ausencias y acomodos’ con F. Gamboa (Alfar, 2015). Con ‘El vuelo de los halcones en la noche’ (1997), su primera novela, obtuvo el premio Félix Urabayen. A ella siguió la novela ‘El hombre más perseguido’ (1999), con la que obtuvo el premio Ateneo-Ciudad de Valladolid. Tras  publicar ‘Lo que sé de ti’ (2002), ‘La noticia’ (2006), ‘La judía más hermosa’ (2006), ‘La resonancia de un disparo’ (2008) y ‘Yo también fui Jack el Destripador’ (Ediciones del Viento, 2015), le entrevistamos por su última novela ‘Nadie muere en Zanzíbar’ (Algaida, 2016).
Os dejo el enlace de la entrevista que me concedió en 2015, aquí.

viernes, 18 de noviembre de 2016

'Desde la sombra', de Juan José Millás


Había leído con anterioridad la novela de J. J. Millás ‘Lo que sé de los hombrecillos’. Por alguna razón, al comenzar a leer ‘Desde la sombra’ (Seix Barral, 2016) evoqué aquella. El identitario está muy presente en ambas, como también ese universo tan imagino de Millás con personajes cotidianos sometidos a sucesos excepcionales.  El protagonista de ‘Desde la sombra’ es Damián Lobo  quien, por accidente, llegará a la casa de un matrimonio con una hija adolescente. Llega en el interior de un viejo armario. Damián decide quedarse, compartir con la pareja y la hija adolescente una vida silente, fantasmal, en el interior de un armario empotrado tras el que le sirvió de llegada. Únase a esto la propia naturaleza de Damián, pues, además de habitar intermitente la vida real de esa casa somos testigos desde el inicio de la novela de sus curiosos pensamientos y reflexiones. Damián da acogida en sus monólogos interiores a un programa televisivo en el que se ve protagonista como entrevistado en una suerte de talk show mental. El presentador camaleónico  de sus pensamientos llegará a  transformarse en el conocido periodista Iñaki Gabilondo. Como cajas chinas iremos desenmarañando el verdadero tema de fondo, esa búsqueda de uno mismo que Millás, con su habitual toque de fantasía, humor e ironía de tanto en tanto nos  regala sin descuidar el valor simbólico en lo argumental y lo humano.

Juan José Millás. Nació en Valencia en 1946. Es autor de las novelas Cerbero son las sombras (Premio Sésamo, 1975), Visión del ahogado (1977), El jardín vacío (1981), Papel mojado (1983), Letra muerta (1983), El desorden de tu nombre (1986), La soledad era esto (Premio Nadal, 1990), Volver a casa (1990), Tonto, muerto, bastardo e invisible (1995), El orden alfabético (1998), No mires debajo de la cama (1999), Dos mujeres en Praga (Premio Primavera de Novela, 2002), Laura y Julio (Seix Barral, 2006), El mundo (2007), por la que recibió el Premio Planeta, el Qué Leer de los Lectores y el Premio Nacional de Narrativa, y Lo que sé de los hombrecillos (Seix Barral, 2010). También ha publicado los libros de relatos Primavera de luto (1989), Ella imagina (1994), Articuentos (2001), Cuentos de adúlteros desorientados (2003), Los objetos nos llaman (Seix Barral, 2009) y el volumen Articuentos completos (Seix Barral, 2011). Su obra de corte periodístico, reconocida, entre otros premios, con el premio de periodismo cultural Manuel Vázquez Montalbán, está recogida en Algo que te concierne (1995), Cuerpo y prótesis (2001), Hay algo que no es como me dicen (2004) y Vidas al límite (Seix Barral, 2012), entre otros. Su obra narrativa se ha traducido a veintitrés idiomas.

lunes, 14 de noviembre de 2016

JAVIER GONZALEZ: «La historia era un verdadero caramelo para un escritor».


Entrevisto a Javier González (Madrid, 1958) al hilo de la publicación de su novela histórica ‘El viaje de los cuerpos celestes’ (Ediciones B, 2016).

El anciano monje Gayarre, presintiendo su cercana muerte en el verano de 1619, comienza a dictar a su pupilo la crónica de su azarosa vida. Le había hecho una promesa a aquella mujer y él le había jurado por su honor que escribiría, «o haría escribir», una crónica de todo cuanto había acontecido en aquel viaje lleno de prodigios. 

El narrador ‘El viaje de los cuerpos celestes’  de es un poco deslenguado, o me lo ha parecido a mí. 

Sí, si hay que tener en cuenta que Gayarre era un veterano de los tercios de Flandes.

Es una novela basada en hechos reales, ¿cuál fue el germen a la hora de ficcionarlos para convertirlo en esta novela? 

Pues mira, la verdad es que llegó por casualidad, es de esas historias que te encuentras por casualidad, sabes que muchas veces los autores estamos buscando historias y esta apareció por casualidad. Apareció porque yo no sé qué estaba buscando en internet que me apareció uno de los protagonistas de la novela, que es San Alberto. San Alberto es una de las reliquias que forma parte de ese viaje de los cuerpos celestes y acaba en una parroquia en Burgrain, Alemania. Un fotógrafo griego que se llama Paul Koudounaris, bueno el apellido nunca me acuerdo… 

Vamos a llamarle Paul. 

Entonces, nuestro amigo Paul que está de vacaciones se encuentra con, imagínate, un esqueleto absolutamente enjoyado en una urna con una postura como posando, el tío se queda un poco en tensión y, como está de vacaciones, le pica la curiosidad y empieza a tirar del hilo y lo que descubre nuestro amigo Paul es lo que yo ficciono, pero siempre con una base real. Básicamente es una sucesión de hechos azarosos que montan una historia tremenda. El primer hecho azaroso es que un carro en un viñedo se hunde y se mete dentro de una de las catacumbas, catacumbas que estaban perdidas hacía más de mil años. Bueno, las catacumbas dejaron de tener sentido cuando el cristianismo pasa a ser la religión oficial del imperio romano. Las familias recogen a todos los muertos que tenían allí y los entierran en superficie, pero allí se quedan trescientos desgraciados que habían perdido el hilo familiar y nadie los reclama. Y se quedan allí, se ciegan las entradas. Total, que las catacumbas desaparecen durante mil y pico años. 

Hasta que un día, el joven Manuel va con el carro de su padre y el caballo mete la pata en un hoyo… allá por mayo de 1578, cuando el suelo de un viñedo junto a la Vía Salaria se hundió bajo el peso de un carro lleno de sarmientos secos. Se acababan de redescubrir las catacumbas de Roma, perdidas durante más de mil años. En la gigantesca necrópolis subterránea se encontraron los restos olvidados de cientos de los primeros cristianos. 

Exacto. El hombre mata a la mula, un desastre y se descubren las catacumbas. Entonces, el segundo hecho azaroso es que nos encontramos con un papa muy imaginativo y muy marketiniano, podía haber sido otro papa y hubiera dicho: ‘Que lo tapen y au’… 

¿Cómo algunos políticos cuando alguien se encuentra ‘cosas’ enterradas durante las obras? 

Sí, sí, que se tape, que esto no va a interesar para nada… Pero el tipo, también acuciado por el entorno, estamos en plena Reforma y Contrareforma al Papa se le ocurre una solución imaginativa, lo que se le ocurre con estos restos es: voy a hacer mártires a demanda. 

Hablamos del papa Gregorio XIII que quiso ver en aquel insospechado suceso una señal celestial y decidió convertir aquellos restos anónimos en «auténticas» reliquias de mártires, con el fin de repartirlos por catedrales y monasterios de Europa Central a fin de impulsar la «verdadera fe» y frenar así el avance de la Reforma protestante. 

Hay una espectacular ceremonia en el Vaticano donde se sacan los restos y se les santifican. Se santifican a demanda de las parroquias, sobre todo de las de Suiza y Alemania que empiezan a demandar santos. Total, que montan un operativo industrial fantástico, una cadena de montaje con todos estos esqueletos.Al principio son muy rigurosos, van buscando mártires, hacen unos exámenes con los cuerpos para descubrir los que han sido martirizados. Dicen, por ejemplo: pues este señor tiene las piernas rotas, o este está quemado, o tiene dentelladas, habrá muerto con las fieras. Hacen una clasificación bastante rigurosa, creo que los clasifican en los del circo, que son los que tienen dentelladas de animales; en cremados, que son los que tienen huesos quemados; y en crucificados, porque tienen las señales, pero al final el número es escaso, no salen más de treinta los tipos que han sido martirizados. ‘Pero bueno, tampoco vamos a ponernos muy puntillosos’, debieron decir, ‘esto hay que aligerarlo’. Y entonces lo que hace el Papa es que coge los dieciocho primeros, los santifica y los vende, además. Porque también hay una parte de negocio en todo esto, y no están mal vendidos porque son verdaderos tesoros. 
Te enseñaría ahora, a ver si puedo encontrar alguna foto, para que lo veas, porque es muy ilustrativo: eran esqueletos enjoyados, con gemas preciosas, con brillantes, con diamantes con corazas de plata los que les tocaban ser soldados; o sea, es la leche.Y ahí está el germen de la historia, es ese, y lo que yo narro es la primera expedición que hace el primer reparto de reliquias, que realmente es un grupo que sale a repartir por Europa sin saber muy bien qué va a ser de ellos. Sobre todo hay una parte del viaje que es a Alemania del norte, que es una zona protestante, que la cosa no va a estar muy amable. Y, bueno, hay una serie de tensiones en la historia, y ese es realmente el relato. 
 La novela tiene mucho casi de road movie, tiene algo de Western, pero yo creo que es un relato que a mí me ha apasionado. Me ha apasionado la historia porque me parecía que la historia era un verdadero caramelo para un escritor, es una de esas que dices: esto es para mí, de aquí saco una novela seguro.

Javier González es licenciado en Derecho y ha desarrollado toda su carrera profesional en el mundo del márquetin, trabajando en importantes agencias y anunciantes. Él mismo se declara «un lector empedernido que escribe los libros que le hubiera gustado leer». Ha publicado Un día de gloria (2001); La quinta corona (2006); Navigatio (2009) y Cinco segundos (2013). ‘El viaje de los cuerpos celestes’ es su quinta novela. Su obra ha sido traducida a varios idiomas.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Un amor de oriente, de Pilar Eyre



Pilar Eyre, periodista y escritora, habitual de la crónica social y finalista del premio Planeta en 2014, nos lleva, en su último libro “Un amor de oriente” (Planeta, 2016), a los inicios de la popularidad de dos personalidades bien conocidas de la sociedad española.

Aunque con pseudónimos, por posibles desacuerdos con los personajes reales, los álter ego de Muriel y Luis Campos son fácilmente reconocibles. Ella es una joven filipina; él, un famoso cantante en ciernes; el punto de partida, su boda en 1971.

El libro es de lectura fácil, lenguaje cuidado y abundantes referencias a hechos y personajes de nuestro pasado reciente. El punto de vista es esencialmente femenino. Muriel es la protagonista absoluta. Durante siete años asistimos a sus diferentes fases, de ingenua joven a hermosa y magnética mujer, imprescindible en las fiestas de esa incipiente jet-set de finales de la dictadura y principios la transición. Entre ambos extremos, la vemos actuar como abnegada esposa y madre, es el apoyo incondicional de su marido, que la adora y la ningunea a partes iguales. Y en este tiempo varios personajes secundarios van marcando el desarrollo de la historia. El mánager del cantante, responsable de su éxito, más que él mismo, a fuerza de cabezonería; la familia de Muriel, que sirve para evocar con nostalgia sus orígenes; o su mejor amiga, Carmen Martínez Bordiu, personaje real que la autora describe sin seudónimos
El difícil camino hacia el éxito, las relaciones con la prensa, detalles de alcoba y sentimientos contradictorios de la protagonista llenan, con agilidad, más de trescientas páginas que pueden atrapar sin problemas a los seguidores de la lectura rosa y aburrir a los que, los sufrimientos de los ricos y famosos nos hacen bostezar.

Pilar Eyre (Barcelona, 1951) estudió Filosofía y Letras y Ciencias de la Información. Ha ejercido el periodismo como columnista, entrevistadora y reportera en diversos periódicos y revistas (Hoja del Lunes, Mundo Diario, La Vanguardia, Interviú, El Periódico de Catalunya y El Mundo, entre otros) y ha colaborado también en varias emisoras de radio y televisión. Es autora de numerosos libros, entre ellos ‘Dos Borbones en la corte de Franco’, ‘Secretos y mentiras de la Familia Real’, ‘Vips: Todos los secretos de los famosos’, ‘Mujeres, veinte años después’ y ‘Cibersexo’; también de las novelas ‘Todo empezó en el Marbella Club’ y ‘Callejón del olvido’ que se ha adaptado al teatro, y la biografía ‘Quico Sabaté, el último guerrillero’, que ha dado pie a una película y un documental. Sus novelas históricas ‘Ena’, ‘Pasión imperial’, ‘María la Brava’ y el relato biográfico, a caballo de la novela, ‘La soledad de la reina’ la han convertido en todo un fenómeno editorial. Finalista del Premio Planeta 2014 con la novela "Mi Color Favorito es Verte". En diciembre de 2015 resultó ganadora del I Premio Joaquín Soler Serrano de Literatura. En ese año publicó ‘Nomeolvides’(Planeta) y este 2016 ‘Un amor de Oriente’ (Planeta).

Por Ana Martinez.

lunes, 7 de noviembre de 2016

ÁLVARO BERMEJO: «El Greco y Cervantes son dos personajes no en busca de autor, sino en busca de sí mismos».


Entrevisto a Álvaro Bermejo por segunda vez, la anterior por una novela que me cautivó especialmente. En este caso me la concede tras publicar "El ingenioso hidalgo” (Algaida, 2016). Una novela histórica en la que Cervantes y El Greco tienen mucho que ver.

El Greco reflexiona  cansado sobre su vida a los 70 años, habla de quienes le dieron a beber ‘la hiel del menosprecio y la indiferencia’.

Sí, en eso coincide mucho con Cervantes porque fue un personaje poco comprendido, él tenía también una idea muy alta de sí mismo y nunca encontró un acomodo ni intelectual ni vital. Él se queda en España, no se sabe muy bien porqué. Está cansado, quizá porque no le queda más remedio, el mundo se acaba. Hacen dos viajes en los que se cruzan, dos viajes al Parnaso, uno viene de Oriente y llega a Occidente y Cervantes está constantemente yendo hacia Bizancio. Son dos personajes, se podría decir, no en busca de autor sino en busca de sí mismos, y son inquietos, se mueven mucho. Cervantes al final se queda en España y el otro también,  no se sabe muy bien porqué, posiblemente conoce a personajes que le enraízan en una tradición…, no sabría ni cómo definirla, medio esotérica medio cabalística en la que él se encuentra cómodo porque probablemente él tendría un origen sefardita y cuando llega a España se asienta en la judería de Toledo y no en otro sitio, muy cerca de la sinagoga de transito con todo lo que equivale mencionar la palabra tránsito. Y es ahí, muy cerca de ahí, donde pinta en la iglesia de Santo Tomé ‘El entierro del conde Orgaz’ que también es un cuadro del que yo no he inventado nada, porque de él hay tratados desde los aburridísimos que te cuentan lo obvio, hasta los absolutamente delirantes que te hacen una lectura esotérica en función de la proporción aurea, de la numerología, y lo tremendo es que esta lectura difícil es consonante con lo que estás viendo. Por ejemplo, es el primer cuadro en el que se pinta un alma, ‘El Entierro’ es un renacimiento como indican las doctrinas neoplatónicas. Él está pintando un cuadro en cuarta dimensión, él está pintando un cuadro de un sujeto que muere en el siglo XIII, pero él lo pinta como si muriera en el siglo XVI, rodeado de personajes de su tiempo; coloca a los lados a san Agustín y a san Esteban que viven en la eternidad, coloca arriba a la Gloria, o sea, está jugando en diferentes planos temporales. Cuando Einstein dice que hay tres dimensiones conocidas, la cuarta es el tiempo, pero puede que haya doce más que no podemos ni imaginar, lo que está haciendo es reubicando lo que El Greco pintó cuatro siglos antes… Pinta en dimensiones.

Hay una frase que le dicen al Greco y que me gustaría que nos la comentase: ‘Se puede servir a Dios de muchas maneras, pero la mejor consiste en llevar adelante la obra más conforme a nuestros talentos’.

Yo creo que no hay otra posibilidad, sea quien sea nuestro dios y sea cual sea tu talento, no queda más remedio que encontrar el talento que nos lleva más allá de nosotros mismos. Hay un personaje, para mí muy importante, que no aparece en la novela, que es el que crea al ingenioso hidalgo, y esto es un jesuita vasco -como Ignacio de Loyola- que es Huarte de San Juan y que escribió un libro que se titula ‘Examen de ingenios’ a quien Cervantes le pilla la idea del ingenioso hidalgo nada menos. ‘Examen de ingenios’ es un libro revolucionario porque es un libro muy lúcido, muy inteligente porque plantea que se les haga a los niños un examen de ingenios para ver cuál es realmente su talento y qué es lo que pueden hacer mejor en la vida y de ahí el ingenioso hidalgo y esa palabra tan polisémica que vale tanto para talento mental como para moneda. El talento tiene un valor, y tú y yo tenemos unos talentos, con un valor económico, artístico, mental, espiritual y tenemos que saber dónde invertirlo para multiplicarlo.

Álvaro Bermejo (San Sebastián, 1959). Escritor y periodista. Licenciado en Historia Contemporánea y Antropología por la UAB. Entre 1997 y 2007 asesoró el proyecto "Bajo la piel del otro-Culturas y sociedades mediterráneas", dirigido por Karin Ohlenschläger, en colaboración con la Fundación Europa. Desde entonces trabaja en la edición de proyectos transversales que conectan arte, literatura, ciencia y sociedad, dentro de la red SymbioLab. Entre la larga lista de premios literarios en su haber, destacar el haber merecido en cuatro ocasiones con el Premio Euskadi de Literatura, en 2001 obtuvo el Ateneo de Sevilla por su novela "La piedra imán", certamen que volvió a ganar en 2008 con "El Evangelio del Tibet". En 2009 conseguiría el Internacional Luis Berenguer con "El Laberinto de la Atlántida". En 2011 su ensayo "La increíble historia de la gula", fue elegido Best Cookbook Corporate en los Gourmand World Cookbook Awards, considerados los Oscar de la literatura gastronómica. Su último libro es "El ingenioso hidalgo” (Algaida, 2016). La anterior entrevista me la concedió por la novela ‘Eternamente tuya’ (Algaida, 2013). Podéis leer la entrevista aquí.